domingo, 16 de agosto de 2009

La sociedad esta loca

Una tarde de un día de verano de hace bastante tiempo tuvimos una llamada de la central en la que una ambulancia requeria nuestros servicios. Una vez estamos en el lugar nos requiere el conductor de la ambulancia y su compañero y nos cuentan el problema que tienen. Nos dicen que llevan un anciano de unos 80 años que había estado ingresado en el hospital X, que no puede andar, que lleva pañales, pero que según el medico del hospital le da el alta porque ya está curado del mal que le aquejaba. El problema es que el anciano vive sólo en su piso y no tiene familia, y sólo va una asistente social un par de horas al día a su casa para atenderle. En este estado el propio anciano pedía que le dieran una residencia, pero al parecer, no había sitio en ninguna, y según el medico del hospital ese no era problema suyo y tenía que abandonar el hospital. Los chicos de la ambulancia no querían dejarlo sólo en casa y al no saber que hacer nos llamaron a nosotros. Nosotros intentamos dejarlo en el albergue pero no quisieron, nos intentamos poner en contacto con servicios socialies pero no había nadie trabajando en ese momento, y en el hospital no querían saber nada del asunto.Al no saber que hacer nosotros tampoco llegamos a una conclusión. Colocamos al pobre anciano sentado en una silla al lado de la ventana con ella abierta, le dejamos unas galletas y una radio, y le dijimos que cuando pasara un rato empezara a pedir socorro por la ventana. Nosotros entre tanto fuimos a la central e hicimos un informe para servivios sociales reflejando lo increible de la situación y demandamos una cama en una residencia. No llevabamos ni 10 minutos en la central cuando oímos una llamada de la radio donde decían que un hombre pedía socorro desde una ventana en una casa con la dirección donde se encontraba el anciano. Nosotros nos ofrecimos a ir al saber que era él y una vez allí el hombre nos tiro las llaves por la ventana, entramos, y solicitamos una ambulancia argumentando que el hombre tenía terribles dolores en la piernas, que por cierto tenían parte de verdad, por que al pobre señor le dolían las extremidades de estar sentado. El pobre anciano se había defecado y orinado en sus pañales. La ambulancia lo trasladó al mismo hospital X y lo ingreso en urgencias. Días después nos enteramnos por medio de los ats de la ambulancia que al anciano lo habían ingresado y posteriormente lo habían metido en una residencia de ancianos directamente desde el hospital.

La sociedad está loca.