viernes, 25 de noviembre de 2011

cuidadin con los pittbull

Una tarde de verano de hace un par de años recibimos una llamada de la central, en la que nos decían que había un individuo en un bar con un perro, y éste lo estaba azuzando contra la gente.
Una vez allí nos entrevistamos con el camarero y nos dice que en la terraza del bar hay un hombre muy borracho el cual tienen un pittbull que esta muy agresivo.

Cuando vamos a la terraza vemos un hombre durmiendo sentado en una silla de la borrachera que tenía, y debajo de la mesa esta el pittbull suelto y sin bozal, que mientras estábamos nosotros no se había movido pero que al acercarnos empezó a ladrarnos y eso que estábamos a un par de metros de su amo.
La terraza del bar estaba al lado de un parque en el que había muchos niños jugando, los cuales al vernos empezaron a hacer corros a nuestro alrededor.

Decimos a los niños que se marchen e intentamos despertar al dueño del perro sin acercarnos mucho porque el perro empezaba a enfadarse más.
El individuo estaba como una cuba, le dijimos que pusiera el bozal al perro, pero este no quería, le pedimos la licencia para tener perros peligrosos como era el pitbull, pero tampoco la tenía, lo que nos dio fue el DNI.
En esto llegó un compañero se le da muy bien tratar con los perros y nos hecho una mano, cosa que no sabéis bien lo que agradezco.
En el estado en el que estaba el individuo no se podía hacer cargo del perro. Pasamos por informática al individuo para ver si tenía antecedentes y tenía un montón por lo que no podía tener licencia para tener este tipo de perros.

Conseguimos que pusiera el bozal al perro, que estaba enseñándonos los dientes y gruñendo de forma amenazante, a mi me estaban temblabando las canillas.
Cuando le puso el bozal intentamos convencer al tipo de que nos teníamos que llevar al perro a la perrera municipal ya que en su estado no se podía hacer cargo de él. Llegamos hasta hablar por teléfono con la mujer del tipo para que fuera a hacerse cargo del perro, pero no quería saber nada de él.
Cuando le dijimos que nos ibamos a llevar al perro, le quitó el bozal al perro, que se soltaba muy fácil, y nos dijo.

- O me pegaís un tiro a mi y al perro o de aquí no se lleva al perro ni dios porque os lo azuzó.

Logramos convencerle después de un rato de que le pusiera el bozal al perro, y en ese momento se lo intentamos quitar, el perro se tiró a morder a mi compañero 3 veces, pero gracias que tenía el bozal puesto no le llegó a morder.
Al final metió al perro el mismo tipo en el coche policial y al haber mampara estaba como en una jaula.
Ahora que el perro estaba en el coche, el problema era como lo metíamos en la jaula de la perrera ya que en aquel tiempo solo había lacero por la mañana. Una vez en la perrera utilizamos un lazo y mucha paciencia para meter el lazo abriendo la puerta solo un poco y metiendo el lazo por el hueco abierto. El perro no se dejaba meter el lazo y estaba tan agresivo que se mordía a si mismo al tener el bozal y estaba sangrando por la boca.
Al final el compañero que vino a ayudarnos tuvo una idea que consistía en poner música en el coche muy alta. Y fue la clave porque el perro se sentó y quedó lo suficientemente quieto para poder ponerle el lazo. Entonces lo llevamos a la jaula, el perro se retorcía tanto que yo pensé que se nos iba a ahogar, en el fondo me daba mucha pena del pobre animal, pero si no llega a tener el bozal, a alguno de nosotros nos hubiera desgraciado.

Al final el perro quedó en la jaula con el bozal puesto, hasta que al día siguiente fuera el lacero y se hiciera cargo de él.
Nosotros fuimos a la central a denunciar al dueño del perro por tenerlo suelto con peligro para la gente y por no tener seguro, aunque le podrímos haber detenido, pero lo que más nos interesaba era quitar al perro de delante.
Yo aquel día lo vi muy muy negro,tuvimos suerte de que no nos pasó nada.