domingo, 22 de enero de 2012

Nunca se olvidara de lo cabrones que fueron los policias.

Una tarde de verano observamos como el conductor de un mercedes está hablando por el móvil. Le vimos los dos, tanto mi compañero como yo, y nos hizo gracia porque estábamos al lado del conductor y no se daba cuenta, cuando nos vio, quitó rápidamente el móvil de la oreja y bajo la mano para que no viéramos el móvil.

Mandamos al conductor que pare el coche. El conductor era un señor mayor, muy bien vestido. Me pongo al lado del conductor y le pido que apague el motor, y que me deje la documentación. El conductor me pregunta:

- Por que me para?
- Señor, le hemos visto hablando por el móvil y le vamos a denunciar por ello.
- Pero, si estaba apagándolo, me llamaron y estaba apagándolo, no hable por el móvil.
- Mire, le hemos visto utilizar el móvil tanto mi compañero como yo durante un rato. No merece la pena discutir, déjeme la documentación por favor.
- Pero si no estaba hablando.
Malhumorado, me da el carnet, y sigue buscando el resto de la documentación, que no encontraba. Al poco de encontrarla, mientras hacia la denuncia, sigue intentando que se la quite.
- Pero, no hay manera de que no me pongas la multa?
- Mire, señor (no suelo hablar con las personas que denunciamos, pero en este caso, no sé porque me apetecía hablar con él) Esta es una de las denuncias más claras que he puesto en mi vida por hablar por el móvil.
Le doy la denuncia y le digo que puede continuar y que buenas tardes.
Cuando me estoy metiendo en nuestro coche, me llama el señor, por lo que me pongo a su lado de nuevo.
- Que quiere?
El señor me dice gritándome, con la cara desencajada.
- Tú me has denunciado a mi, y yo te voy a denunciar porque me has multado sin llevar puesta la gorra que yo pago. Si, si, la gorra que yo pago.
- Sabe que le digo, que me parece fenomenal (sin poder evitar una sonrisilla en mis labios)
Y nos fuimos. No me pude parar de reír dentro del coche durante un rato. La costumbre supongo, el señor debía de pensar que me iba a acobardar por decirme que me iba a denunciar, no sabe que nos lo dicen cada 2 por 3.

Al poco nos llamaron para que fuéramos a un polígono industrial donde estaban desguazando un coche.
Una vez llegamos al lugar, encontramos en una calle muy solitaria a un coche que le faltaban 3 ruedas, todos los intermitentes luces, el volante, puertas, etc. Sin duda llevaba allí mucho tiempo. Del lugar se marchaba una persona de etnia gitana, con los brazos manchados de grasa, y en una mano llevaba una pieza de motor, y en la otra herramientas. Con él iba un niño de unos 4 o 5 años, que al vernos, empezó a llorar desconsoladamente y a echar a correr. Por más que el padre le intentaba tranquilizar diciéndole que éramos buenos, no paraba de llorar.
El padre del chico nos dijo que el coche llevaba mucho tiempo allí, que conocía al dueño, y que éste sabía que había ido a por una pieza que el necesitaba para su coche.
Nosotros no pensábamos hacer nada, sin duda ese coche llevaba mucho tiempo allí, y la pieza que se llevaba era insignificante comparado con todo lo que le faltaba al coche. Así todo identificamos al padre del chaval, y pedimos datos de él por si estuviera en busca y captura, que suele ser habitual. El niño no paraba de llorar hasta que le dije que no le iba a pasar nada a su padre que se podría marchar a casa con él en breve.
El padre estaba código 1 (significa que tiene antecedentes pero no tiene nada pendiente). Pero le preguntamos que la pieza para que coche era. Nos dijo que para uno que tenía en su casa, lejos de allí. Al final de la calle había un coche viejo aparcado. Sospechamos que las piezas eran para el coche que estaba aparcado, y fuimos a verlo. En el coche estaba durmiendo una mujer con un bebe y un niño de unos 3 años, sin duda la familia del padre y el hijo.
El coche en el que estaban estaba hecho un adefesio. Le faltaba el espejo retrovisor derecho , el izquierdo estaba roto, no había pasado la ITV, ruedas lisas, al volante le faltaban piezas etc.

Le pedimos que nos deje los papeles del coche al padre del chaval. Le falta el seguro. Nos dice que lo tiene, pero comprobamos que no lo tiene por informática.
A mi me daba pena quitarle el coche, si llega a tener seguro, no se lo hubiéramos quitado, pero sin seguro, no se lo íbamos a dejar,. Me daba pena los niños pequeños y la madre, pero era nuestra obligación.. Llamamos a la grúa para llevarnos el coche. Le dijimos al padre que sacara a su familia del coche que nos lo íbamos a llevar.

Cuando le dijimos que se lo íbamos a quitar nos montó una que no os podéis imaginar. La palabra más pequeña que salió por su boca fue hijo de puta. Al unísono con su mujer. El tío se puso hecho una furia, empezó a llorar, casi más que su hijo.
Estaba el niño de 5 años llorando, el padre llorando y gritándonos, la madre con un niño en brazos llamándonos hijos d puta, el único que no hacía nada era el bebe.
El padre se quitó una chaqueta y la tiró al suelo, cogió una carpeta que estaba dentro del coche con documentación, la sacó y la tiró al suelo, todo esto gritándonos e insultándonos. Nos decía que porque le haciamos eso, que el coche era lo único que tenía, que tenía que dar de comer a sus 3 hijos, etc etc

Nosotros mientras, le hicimos las correspondientes denuncias, en esto llego la grúa.
El padre cuando vio la grúa se metió en el coche en el asiento del copiloto, y empezó a hacer que buscaba unos papeles. Esperamos a que acabara, pero como no acababa, y no paraba de insultarnos, no nos quedó más remedio que dejar de contemplarle.
Le dijimos que o se iba del coche le sacábamos nosotros, que ya estábamos hartos de tantas tonterías. El individuo no se esperaba nuestra reacción porque no le habíamos dicho prácticamente nada mientras nos montaba el numerito.
Al vernos cabreados se marchó. Nos sin antes seguir gritándonos que éramos unos cabrones.

El coche se lo llevó la grúa. Nunca más lo volverán a ver probablemente.
Cuando se marchaban caminando, tenían hasta su casa una caminata de unos 5 kilómetros, no podía evitar darme pena, llevaban a un bebe de pocos meses, y a dos niños muy pequeños que sin duda, nunca se les olvidará, lo cabrones que fueron la policía con sus papas.

sábado, 21 de enero de 2012

Nos quedamos sin cafe.

Era una tarde de verano, no trabajaba en mi turno y no me apetecía nada trabajar, hacía mucho calor, y apetecía cualquier cosa menos apatrullar la ciudad. Nada más pasar lista tuvimos que ir a un servicio, por lo que no pudimos tomar el típico café.

Al parecer había una fuerte riña familiar en un piso, y los vecinos llamaban alarmados. Una vez en el domicilio nos encontramos una discusión de una abuela con su nieta de 21 años creo recordar. La discusión se centraba en que la niña según su abuela llevaba una mala vida, era camarera, llegaba a las tantas de la mañana casi todos los días porque después del trabajo salía por ahí, y la abuela estaba hasta el moño de ella. La nieta en cambio decía que estaba hasta el moño de la abuela porque la controlaba la vida. Estuvieron a punto de pegarse según contaba la abuela. Mediamos durante casi una hora, mientras la nieta hacia las maletas para irse de casa.
A la hora de estar allí, cuando las 2 estaban ya tranquilas nos fuimos, pensando que tomaríamos el café tranquilitos. Nos equivocamos…

Una vez hecho el comunicado a la central no pasaron ni 5 minutos cuando nos suena el teléfono del coche. Era el sargento que quería que nos desplazaramos a un domicilio donde había un esquizofrénico peligroso, boxeador y muy violento, al que había que trasladar a un centro psiquiatrico a la fuerza, al no ser que aceptara a ir voluntariamente. Teníamos una orden de un médico que así lo especificaba.

En ese momento supimos que esa tarde no íbamos a tomar café.

El esquizofrénico estaba encerrado en un 5º piso que era utilizado de pensión, pero estaba sólo. Como se suponía que era muy peligroso, pedimos apoyo de otra patrulla, y nos pusimos los chalecos antibala y cuchillo, aunque estos últimos sólo los teníamos mi compañero y yo.

Picamos en la puerta, el esquizofrénico al ver que éramos la policía tranco la puerta que era blindada, y nos dijo a través de la puerta que no iba a ir con nosotros, que ya había estado en el psiquiatrico, y que lo tendríamos que matar si quería que lo lleváramos .
Ante el cariz que estaba tomando la situación, llamamos a los bomberos para que abrieran la puerta, a un médico para que estuviera presente y pedimos que nos trajeran unos escudos para entrar en el domicilio.

Hay que decir que se presentó nuestro sargento que estaba dispuso a entrar el primero en el domicilio. Llegaron los bomberos y se dispusieron a tirar la puerta. Tienen un aparato, parecido a un gato, creo que neumático, que se coloca apoyándose en los marcos de la puerta, saliendo del medio un brazo metálico que empuja la puerta.

Estuvieron 45 minutos intentado abrir la puerta, nosotros estábamos muy mosqueados porque hacía rato que se había dejado de escuchar al esquizofrénico, y no sabíamos lo que estaba tramando.

Al final los bomberos consiguieron abrir la puerta, después de hacer un gran destrozo tanto a la puerta como a los marcos de la puerta que los arrancó y rompió,además de parte de los pilares de hormigón, que llegaron a romper también.

La puerta estaba doblada, quedando solo medio abierta, apenas podía pasar una persona por el hueco que había desde la puerta al pilar de hormigón que había quedado al descubierto. El primero en entrar con el escudo fue el sargento, y el segundo yo, los 2 con los únicos escudos que teníamos. La casa era muy grande y se dividía en dos, habiendo unas habitaciones a mano izquierda, y un gran pasillo a mano derecha donde había 2 habitaciones al final del mismo.

Yo estaba con el escudo en una mano, y con la porra en la otra esperando que el esquizofrénico me saltara encima en cualquier momento caminando por le pasillo , por lo que las canillas me temblaban de lo lindo. Después de buscarlo por todo el piso, el hombre no aparecía, pensábamos que se había bajado desde la ventana hasta unos patios interiores, pero era poco probable porque era un 5º piso y era muy arriesgado bajar. Pero las ventanas de una habitación estaban abiertas de par en par, así que era la única explicación que le veíamos. Desde luego viendo la altura había que estar muy loco para intentar bajar por la pared, aunque había una canelón que bajaba desde el tejado, que lo podía haber usado.
Lo buscamos por los patios, y al no encontrarlo, pensamos que se podía haber escapado subiendo al tejado, y efectivamente, unos testigos nos dijeron que habían visto a un chaval caminado por le tejado.

El compañero y yo subimos al tejado a buscarlo, después de llenarnos de polvo y mierda que había en el desván por el que accedíamos al tejado, lo recorrimos todo y no lo encontramos. Se había escapado por una claraboya que accedía a un portal diferente al que habíamos estado nosotros.

Nos dispusimos a marchar, bastante contrariados por lo que había pasado, y a los 20 minutos de marchar, nos mandan volver al compañero y a mi porque los vecinos que estaban alarmados habían oído voces en el desván, y pensaban que estaba allí el esquizofrénico. Nos metimos en un desván de paredes muy estrechas en le que no había luz, y que había que caminar de rodillas. Llevábamos linternas claro está. No había nadie, los miramos enteros y nada. Ahora si que estábamos llenos de polvo, cansados, muy contrariados, y con muy mal sabor de boca, porque nos la habían jugado en nuestras narices y no nos habíamos dado cuenta. Y un esquizofrénico que necesitaba ayuda y que era potencialmente peligroso estaba suelto por la ciudad.

A las 2 semanas de aquello, unos compañeros consiguieron cogerle, mientras esperaba un autobús en un barrio de las afueras de la ciudad, necesitaron ser 7 compañeros para cogerlo y reducirlo, y por lo que me contaron las pasaron canutas. El chaval al parecer se reía diciendo que se había escapado por el tejado días antes.