lunes, 13 de diciembre de 2010

Las cosas que haces sin pensar

Eran sobre las 3 de la mañana. Yo estaba en jefatura comiéndome un pastelito sentado en una silla leyendo una revista complemente relajado, con bastante sueño por cierto.
De repente entra una llamada por la radio en la que hablan de un apuñalamiento en un bar. Oígo a mi compañero llamarme a gritos para salir a atender la llamada, aunque ya iba algún coche más a atenderla.
El bar donde se produjo la agresión no estaba muy lejos, y siendo de noche, con luces de emergencia, se llega muy rápido a todos lados, por lo que en un par de minutos, quizá menos estabamos a la altura del bar.

Nos requirió un hombre de mediana edad sangrando a borbotones por un brazo. Era camarero del bar, estaba en la cocina limpiando para marchar, aunque el bar estaba todavía abierto. Lo único que vio, según nos dijo más tarde fue un hombre corpulento, alto, con un cuchillo, casi un sable, en su mano derecha caminando hacia él. Éste le intentó atravesar el pecho. Se protegió con sus manos. El cuchillo le atravesó el antebrazo y le salió por la palma de la mano. Forcejearon. El camarero consiguió salir corriendo del bar. El agresor se quedo dentro unos minutos, tiempo en el que el camarero llamo a la policia.
Cuando nosotros llegamos el agresor se había ido ya. montamos al camarero en el coche para llevarlo al hospital. Habiamos recorrido 200 metros con el coche cuando vemos a un tío echar a correr. El camarero nos grita: " es ese, es ese el que me apuñaló" " Está loco"
Yo iba de copiloto, el agresosr se había metido por un callejón peatonal estrecho, oscuro y solitario.
El compañero paró, y yo salí corriendo detrás. Me sacaba 25 ó 30 metros, eché un sprint y no tardando mucho me acerqué a él, lo suficiente para gritarle que se parara. No hizo caso, siguió corriendo, hasta que dobló una esquina y se paró. Yo estaba muy alterado, y tenía miedo que me atacara con el cuchillo, aunque en ese momento no lo llevaba en la mano.
Le mandé que se tirara al suelo, este no me hizo caso. Se quedaba mirándome como un psicópata. No lo dude y le encañoné con el arma. Y le dije una y otra vez que se tirara al suelo. No me hizo caso.Permanecía inmóvil. Como maquinando que hacer. Yo no lo pensé y monté el arma y le grité que le iba a pegar un tiro. Hizo ademán de ir hacia mí, y se arrodilló. Le pegué una patada en la espalda y se tiró al suelo boca abajo, y le engrillete. No puso resistencia. Al poco llegaron varios compañeros míos. Llevaba un sable de 30 ó 40 cm manchado de sangre, y una navaja. Y un sobre con más de 500 euros robados del bar. Al final había apuñalado al camarero para robarle. Casi le mata.

Pasados las horas y los días, me pregunté. Que coño hice apuntándole con mi arma, y más montándola, que para el que no lo sepa, una vez que la montas, con un pequeño roce con el gatillo, ésta se dispara. Si por casualidad le hubiera pegado un tiro, me veo con el uniforme colgado, y posiblemnte en la trena. Pero en el momento no lo pensé, me salió así, y tube suerte porque me salió bien.
Espero haber aprendido. Aunque también me queda la duda de que hubiera pasado si no le apunto con el arma. Quizá se hubiera enfrentado a mi con el cuchillo. La verdad que en este trabajo nunca sabes...